Como mencionamos en el último artículo de esta sección, el agua es esencial para nuestro organismo. Un grupo importante en el control del consumo de agua, son los deportistas. El ejerció físico se considera clave para llevar una vida sana. Numerosos estudios ponen de manifiesto la relación entre la práctica de ejercicio físico y la prevención de ciertas enfermedades, como la obesidad o el sobrepeso.
Actualmente, los alimentos funcionales ocupan una gran parte de la superficie de los supermercados y éstos se consumen de forma muy habitual. Se definen como aquellos alimentos en los que se modifica su composición nutricional de base, para cumplir una función específica en el organismo, como es la mejora del estado de la salud o la prevención de enfermedades. Algunos ejemplos de este tipo de alimentos son los lácteos o los cereales. Las bebidas isotónicas o de bajo aporte energético, son otro ejemplo importante de bebidas funcionales, pues nos proporcionan las vitaminas y los minerales adecuados para rehidratar el organismo después de realizar ejercicio físico o sufrir una pérdida hídrica por alguna otra razón.
También se suele recomendar el consumo de este tipo de bebidas en personas que presentan alteraciones gastrointestinales, vómitos o diarrea. Un síntoma típico de estas alteraciones es la pérdida de minerales por deshidratación, que este tipo de bebidas ayuda a cubrir de forma considerable. Para ello, existen en el mercado todo tipo de bebidas funcionales que se diferencian en su sabor, color, composición nutricional, envase, etc.
Es muy importante revisar el etiquetado nutricional de los alimentos, y de forma más especial, de los alimentos funcionales, para ver qué nutrientes lo componen, si están procesados o no, en qué cantidad se encuentra cada uno de ellos y qué porcentaje cubren de la cantidad diaria recomendada de cada nutriente. En este sentido, la bebida Evo es un buen ejemplo de bebida funcional, ya que está elaborada a partir de Agua Mineral Natural y posee todos los nutrientes esenciales. Además, si observamos su etiqueta, vemos que posee la cuarta parte de calorías que otras bebidas isotónicas del mercado (aporta 13 Kcal por cada 100ml).
Nunca debemos olvidar que todo alimento que consumimos, forma parte de nuestra dieta habitual, por lo que debemos de tener en cuenta la hora a la que lo ingerimos, si es antes o después de realizar ejercicio, en qué cantidad, etc. Cada persona tiene unas necesidades energéticas diferentes, que varían en función de la edad, el sexo, el grado de actividad física, sus hábitos de estilo de vida o su trabajo (entre otros).
Me llamo Elena Sánchez Campayo y soy diplomada en Nutrición Humana y Dietética. Actualmente estoy trabajando en mi tesis doctoral enmarcada en el campo de la nutrición. En este blog pretendo daros ideas lo más claras y prácticas posibles, a través de artículos semanales, testimonios y un chat que tendremos una vez al mes, para resolveros las preguntas que queráis, en relación a los temas que iremos tratando.